Internet de las Cosas alcanzó su mayoría de edad en algún momento entre 2008 y 2009. Sucedió cuando el número de dispositivos conectados a la red superó al número de humanos que lo estaban. Coincidió con el lanzamiento del iPhone y el fuerte crecimiento de los smartphones y las tablets. Ahora se prevé que en 2020 habrá unos 50.000 millones de dispositivos conectados a Internet.
Las aplicaciones de Internet de las Cosas
La conexión de las cosas a Internet permite la comunicación entre máquinas y mecanismos muy variados. Esto abre grandes oportunidades para la automatización, con la ayuda de sensores y Apps. Es ya un mundo sensorial inmenso capaz de captar la presión, la luz, la temperatura, la vibración o la humedad para convertirlas en acción. Las posibilidades en el campo empresarial son casi infinitas como muestran los siguientes ejemplos:
- Hay fábricas sensoriales que gestionan automáticamente la logística interna, el mantenimiento preventivo o la gestión energética.
- Los coches o los edificios residenciales y comerciales ya disponen de mecanismos de control para la gestión automatizada de su funcionamiento. Esto es en cuanto a seguridad, comunicaciones, climatización o iluminación.
- Se aplican ya cuidados médicos por control telemático.
- La IoT facilita la gestión de los almacenes con aplicaciones que localizan y siguen a cada uno de los artículos.
- La prima de los seguros se ajusta según la vida sana que hagan los asegurados. Y que se transmite a la aseguradora desde sus pulseras de fitness.
- En la distribución de productos climatizados los sensores de la IoT permiten un control térmico riguroso de cada envío.
Los interrogantes de Internet de las Cosas
Pero no está exenta de trabas y problemas:
- ¿Se blindarán los países para evitar los ciberataques o por proteccionismo comercial?
- ¿Tal cantidad de datos estará segura en la nube?
- ¿Cómo se recargarán los billones de sensores en funcionamiento?
- ¿Hay peligro de que alguien llegue a controlar la inmensa red que se está creando?
- ¿IoT supondrá un ataque a la intimidad de las personas?
- ¿Es viable gestionar una red tan gigantesca?
- ¿Puede inspeccionar periódicamente tal cantidad de mecanismos?
- ¿Es posible lograr estándares que eviten que surja una nueva Torre de Babel?
Pero de momento parece que el vertiginoso crecimiento de IoT continuará. Esto es debido a que se reducirán los costes de los sensores, las Apps y las comunicaciones haciendo viables actividades que ahora no lo son. Además, porque es un salto revolucionario de Internet que mejora la calidad de vida de las personas y el funcionamiento de las empresas. IoT seguirá pues su progreso hacia una conectividad total. En ZELENZA, desde nuestro departamento de I+D, acumulamos experiencia desde hace más de 15 años buscando soluciones innovadoras, acercando la tecnología a las necesidades de nuestros clientes. Para ello, hemos desarrollado dispositivos propios basados en IoT entre otros, para dar solución a las demandas planteadas por nuestros clientes de forma asequible, versátil y adaptable.